Puente Cinvat

Definición

Joshua J. Mark
por , traducido por Rosa Baranda
Publicado el 10 enero 2020
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
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Chinvat Bridge (by Uriel1022, Public Domain)
Puente Cinvat
Uriel1022 (Public Domain)

El puente Cinvat es la separación entre el mundo de los vivos y el más allá en el zoroastrismo, la religión de la antigua Persia. También se conoce como el puente Chinvat, Cinvad o Chinvato. Se creía que todas las almas estaban destinadas a cruzar el puente tras la muerte, donde serían juzgadas y conducidas a su lugar en la otra vida.

Las almas que superaban el juicio eran bienvenidas en el paraíso, en uno de los cuatro niveles de la Casa de la Canción, mientras que las almas condenadas caían a uno de los cuatro infiernos de la Casa de las Mentiras. Las almas cuyas acciones buenas y malas estaban igualadas iban a un lugar entre estos dos destinos conocido como el Hamistakan, una versión primitiva del purgatorio católico, donde permanecerían hasta el final de los tiempos y el día de la resurrección.

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Después de que los invasores árabes musulmanes suprimieran el zoroastrismo en el siglo VII d.C., el concepto del puente sobrevivió y se incorporó más adelante en la idea musulmana de la otra vida, en los hadices en los que aparece como As-Sirat. Hoy en día, la creencia en la realidad del As-Sirat varía de unos musulmanes a otros, y la validez del antiguo concepto persa, reformado por los teólogos musulmanes, se sigue debatiendo.

Principios y desarrollo de la religión

La religión iraní primitiva era politeísta y tenía una deidad, Ahura Mazda, como rey de un panteón de dioses que guiaban y protegían a la humanidad contra las fuerzas del mal lideradas por Angra Mainyu, el espíritu oscuro central. En aquella época, el cruce entre la vida y la muerte se veía como un río que el alma cruzaba en un barco. Este evento se conocía como el Cruce del Separador, cuando las almas buenas, las que habían seguido la luz de los dioses, se separaban de las almas condenadas que se habían creído las mentiras y habían seguido la oscuridad.

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EL RÍO OSCURO QUE DIVIDÍA EL MUNDO DE LOS VIVOS DEL DE LOS MUERTOS, Y EL BARCO NECESARIO PARA CRUZARLO, FUERON SUSTITUIDOS POR EL PUENTE CINVAT.

En algún momento alrededor de 1500-1000 a.C., el profeta Zoroastro recibió una visión de Ahura Mazda a través de un ser de luz, Vohu Manah ("buen propósito") que le hizo entender la verdad de la divinidad: solo había un dios verdadero, Ahura Mazda, y todos los demás que adoraban no eran sino manifestaciones de una única entidad divina.

La creencia central del zoroastrismo era (y sigue siendo) Buenos Pensamientos, Buenas Palabras, Buenas Obras como una expresión de la creencia en un Ahura Mazda bondadoso, y aquellos que seguían esta creencia y la practicaban encontrarían el paraíso tras la muerte. Parece que fue en ese momento cuando el concepto del río oscuro que dividía el mundo de los vivos del de los muertos, así como el barco necesario para cruzarlo, fueron sustituidos por el puente Cinvat.

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La muerte y el puente Cinvat

Todo lo que se sabe de los principios de la religión iraní temprana proviene de textos escritos mucho después de que el zoroastrismo la sustituyera, por lo que resulta difícil establecer qué elementos del cruce entre la vida y la muerte eran aspectos de la primera religión y cuáles se desarrollaron posteriormente. Sin embargo, parece que el zoroastrismo, al igual que muchas otras religiones, tomó cosas prestadas del sistema religioso anterior.

Al morir el alma se quedaba junto al cuerpo durante tres días mientras los dioses consideraban el equilibrio entre las buenas acciones y las malas de la persona. Mientras los dioses hacían esto se llevaban a cabo los rituales funerarios, entre los cuales estaba el sagdid ("la mirada del perro"), en el cual un perro, preferiblemente con cuatro ojos (es decir, que tuviera una mancha sobre cada ojo), se llevaba en presencia del difunto tres veces para ahuyentar a los malos espíritus (y, de manera más práctica, para asegurarse de que la persona estaba muerta realmente y no simplemente en coma). Si el perro se alejaba cualquiera de las veces, se interpretaba como que había malos espíritus presentes, especialmente el demonio Nasu, que corrompía los cadáveres. En ese caso, se llevaba al perro en presencia del difunto hasta nueve veces hasta que se podía interpretar que al acercarse sin problema al cadáver ya había ahuyentado a los malos espíritus.

Persian Silver Plaque Depicting Hunting Dogs
Placa de plata persa que representa perros de caza
The Trustees of the British Museum (CC BY-NC-SA)

El cuarto día, o a finales del tercero, el alma abandonaba al cuerpo y cruzaba el puente Cinvat, donde se reunía con su yo superior y volvía a estar entero. Había dos perros vigilando el puente, que daban la bienvenida a las almas buenas y ahuyentaban a las malas. Después el alma se encontraba con la Doncella sagrada, Daena, que representaba la conciencia. Si el difunto había llevado una buena vida, Daena era una doncella hermosa; si no, era una vieja fea. Daena iba acompañada por el ángel Suroosh que protegía al alma de los ataques de los demonios (como Aesma, Daeva, Asto Vidaty, Vizaresha) que querían arrastrarla del puente al infierno. Las almas condenadas caían fácilmente en las garras de los demonios, pero las almas justas recibían una visión de Daena y su futuro en el paraíso:

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Entonces llega frente a ella en forma de vaca, gorda y llena de leche, de la que la alegría y la dulzura llegan al corazón.

Segundo, llega frente a ella en forma de doncella, una figura hermosa vestida de blanco y de quince años de edad [la edad ideal para hombres y mujeres], que es bella enteramente y por la que el alma se alegra.

Tercero, llega la figura de un jardín lleno de frutas frescas, lleno de agua, lleno de frutas secas y lleno de fertilidad, del cual emanan pensamientos alegres y dichosos que llegan al alma. (Bundahishn 30: 4-5)

Mientras Daena reconfortaba al alma, y Suroosh la guiaba y la protegía, el propio puente se expandía y se hacía fácil de cruzar para el alma justa; pero para las condenadas, se estrechaba hasta el grosor de un pelo y se volvía muy difícil de cruzar. El Bundahishn continúa:

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Hay un lado afilado [del puente] que se yergue como una espada... y el infierno está bajo el puente. Después el alma es transportada a donde se encuentra el lado afilado. Si es justa, el lado afilado presentará la cara ancha... mientras que si el alma es malvada seguirá mostrando el filo y no permitirá el paso. Con tres pasos que dé el alma hacia adelante, los malos pensamientos, las malas palabras y las malas acciones realizadas, caerá de cabeza al infierno. (Bundahishn 30: 9-13)

Para los que no eran totalmente malvados, al final del puente estaba el ángel Rashnu, juez de los muertos y, en algunas versiones, el dios Mitra (que presidía sobre las alianzas y los contratos, entre otras cosas) y estos dos estarían acompañados de Suroosh. El veredicto sobre la vida del alma se leería y entonces esta pasaría o bien al paraíso en la Casa de la Canción, a un purgatorio conocido como Hamistakan o al infierno en la Casa de las Mentiras.

Ahriman Statue Front View
Estatua de Arimán (vista frontal)
Touraj Daryaee (CC BY-NC-SA)

Descripción del puente

El puente Cinvat se describe más detalladamente en el Fargard (capítulo) 19 de Vendidad, un texto zoroástrico posterior que trata de las costumbres y las creencias de la religión. Fargard 19:27-31 dice:

27. ¡Oh, Creador del mundo material, ¡Santo! ¿Dónde se dan las recompensas? ¿Dónde se lleva a cabo la recompensa? ¿Dónde se cumple la recompensa? ¿A dónde vienen los hombres para recibir la recompensa que, durante su vida en el mundo material, se han ganado para sus almas?

28. Ahura Mazda respondía: "Cuando el hombre muere, cuando su tiempo se termina, entonces los malvados malhechores Daevas le cortan la vista. En la tercera noche, cuando amanece y se hace la claridad, cuando Mitra, el dios con armas hermosas, llega a las montañas de la dicha, y el sol sale"

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29. Entonces el demonio llamado Vizaresha, O Spitama Zarathushtra, se lleva maniatadas las almas de los malvados adoradores de los Daeva que viven en pecado. El alma entra por el camino hecho por el tiempo y que está abierto tanto a los malvados como a los justos. A la cabeza del puente Cinwad, el puente sagrado creado por Mazda, piden por sus espíritus y sus almas la recompensa por las buenas acciones terrenales que entregaron aquí abajo.

30. Entonces llega la doncella hermosa, de grácil forma y fuerte, con los perros a su lado, una que puede distinguir, que tienen muchos hijos, felices, y es de gran entendimiento. Hace que el alma del justo ascienda a Hara Berezaiti; sobre el puente Cinwad lo sitúa en la presencia de los propios dioses celestiales.

31. Entonces se levanta Vohu Manah de su asiento dorado; Vohu Manah exclama: “¿Cómo has venido a nosotros, Santo, de aquel mundo en decadencia a este mundo que nunca decae?”

En esta visión del puente, Vohu Manah sirve el mismo propósito básico que la visión, muy posterior, de san Pedro como guardián de las puertas del Cielo. El pasaje citado comienza cuando el profeta Zoroastro (Zaratustra) le pregunta a Ahura Mazda dónde se encuentra la recompensa tras la muerte (y es de suponer que también los castigos), una vez que el alma ha salido del cuerpo. Ahura Mazda responde con una descripción del puente Cinvat. Hara Berezaiti, mencionada hacia el final del pasaje, era la montaña sagrada que se elevaba al otro lado del puente. El erudito A. T. Olmstead nos brinda una explicación de cómo funcionaba el puente:

La conciencia de cada uno, ya fuese justo o pecador, determinará su recompensa. Con Zoroastro como juez asociado, el propio Ahura Mazda separará a los sabios de los necios con ayuda de su consejero, la rectitud. Después, Zoroastro guiará a aquellos a los que ha enseñado a invocar a Mazda al otro lado del Cinvato Peretav, el puente del que criba. Los que elegían sabiamente procederán a la Casa de la Canción, el hogar de los buenos pensamientos, el reino de los buenos pensamientos, el glorioso legado de los buenos pensamientos, hasta el que se llega con las ciencias de los Salvadores para llegar a su recompensa. Ahí estarán en presencia del todopoderoso Ahura y la obediencia de Mazda, la dicha que está con las luces celestiales. Pero los necios irán a la Casa de las Mentiras, la casa de los peores pensamientos, la casa de los daevas, la peor existencia. Su conciencia malvada les atormentará en el Juicio del puente y los conducirá a largas eras futuras de miseria, oscuridad, comida terrible y rechinar de dientes. (101)

Por lo tanto, el puente Cinvat era tanto el paso como el juicio de la vida después de la muerte, y consistía en reconocer la mala o buena conciencia propia, tal y como se reflejaba en los perros guardianes, en Daena y en el propio puente. De esta manera, el juicio de Rashnu sobre la vida de cada uno era claramente justo y aceptable. El alma entendería el razonamiento del veredicto y lo aceptaría antes de proseguir hacia el destino decidido.

El más allá

Una vez Rashnu dictaba la sentencia, el alma proseguía a su hogar en el más allá. El Paraíso ascendía hacia arriba desde el puente pasando por cuatro niveles, mientras que el Infierno descendía hasta las profundidades más oscuras. Los niveles eran los siguientes, desde el más alto hasta el más profundo:

  • Cielo de luz eterna
  • Cielo de buenas obras
  • Cielo de buenas palabras
  • Cielo de buenos pensamientos
  • Puente Cinvat
  • Infierno de malos pensamientos
  • Infierno de malas palabras
  • Infierno de malas obras
  • Infierno de oscuridad eterna
LA OTRA VIDA DEPENDÍA DE LO FIELMENTE QUE SE HUBIERA EXPRESADO ESTE MODELO DE COMPORTAMIENTO AL SEGUIR LOS PRECEPTOS DE AHURA MAZDA.

Como ya se ha dicho, el zoroastrismo recalcaba la importancia de los preceptos de Buenos Pensamientos, Buenas Palabras, Buenas Obras expresados a través del cuidado de los demás y de la consideración y la amabilidad como un reflejo del amor de Ahura Mazda. Por lo tanto, la otra vida dependía de los fielmente que se hubiera expresado este modelo de comportamiento al seguir los preceptos de Ahura Mazda y rechazar las mentiras de Angra Mainyu.

En algún lugar entre el Infierno de los malos pensamientos y el Cielo de los buenos pensamientos, presumiblemente en torno a la base de Hara Berezaiti, estaba el purgatorio de Hamistakan para las almas cuyos pensamientos, palabras y hechos buenos y malos estaban equilibrados. Ahí el alma recibía la recompensa por el bien y el castigo por el mal, pero estas recompensas y castigos se destinaban a una parte específica del alma, no al alma entera en su conjunto. Por ejemplo, si alguien había pateado regularmente a un perro, el pie ardería en llamas de la misma manera que la lengua de alguien que hablara enfadado habitualmente.

Aun así, daba igual lo mal o bien que se hubiese portado alguien: todas las almas serían bien recibidas en presencia de Ahura Mazda al final, porque era tan benevolente que no podía permitir que ninguna de sus creaciones sufriera eternamente. Hasta las almas en los rincones más oscuros y profundos de la Casa de las mentiras serían redimidas algún día cuando llegara el mesías definitivo, el Saoshyant ("el que trae el beneficio") que traería consigo el Fin de los tiempos (Frashokereti) y la redención, la purificación de todas las almas, la resurrección de los cuerpos físicos y la reunión con Ahura Mazda en el paraíso donde todos quedarían unidos en la dicha eterna; el viejo mundo moriría y el mal de Angra Mainyu sería destruido por completo.

Conclusión

Los sasánidas preservaron esta visión al ponerla por escrito mucho después de que se ideara por primera vez. La religión iraní primitiva y el zoroastrismo posterior eran ambas fes orales carentes de escrituras. Las palabras sagradas se memorizaban, se recitaban en los servicios religiosos y se transmitían a la siguiente generación hasta que se pusieron por escrito durante el periodo sasánida (224-651 d.C.). Los gobernantes sasánidas, empezando Ardacher I (que reinó de 224-240 d.C.), recogieron estas obras al invitar a sus cortes a los sacerdotes que conocían las escrituras en avéstico (el antiguo idioma de Irán) para que las recitaran y las trasladaran a la palabra escrita. Para ello, hubo que inventar todo un nuevo sistema de escritura que preservara la fonética del avéstico hablado. Esta escritura se desarrolló a partir del arameo, pero se modificó detalladamente para transmitir claramente el significado y la pronunciación del antiguo idioma.

La puesta por escrito del avéstico continuó con el hijo y sucesor de Ardacher I, Sapor I (que reinó de 240-270 d.C.), pero la primera versión se terminó durante el reinado de Sapor II (309-379 d.C.) y se completó con Cosroes I (que reinó de 531-579 d.C.). Los monarcas sasánidas posteriores a Cosroes I continuaron con la tarea, refinando y definiendo aún más los principios ancestrales de la fe.

Victory Monument of Ardashir I
Monumento a la Victoria de Ardacher I
Johannes Lundberg (CC BY-NC-SA)

El Imperio sasánida cayó durante la invasión de los árabes musulmanes en 651 d.C., tras lo cual se suprimió el zoroastrismo, se quemaron las bibliotecas y se destruyeron los altares. Aunque una gran parte se perdió para siempre, varias obras escritas sobrevivieron junto con un renacimiento de la tradición oral, que influirían no solo en el islam sino también en el cristianismo y el judaísmo. El concepto del puente a la otra vida, común en varias culturas del mundo, acabaría penetrando en el islam a través elementos específicos de la visión persa.

El puente As-Sirat, tal y como se describe en el comentario religioso musulmán hadiz Bujari (entre otros) es un reflejo directo del puente Cinvat. Aunque puede que los clérigos musulmanes y los eruditos seglares sigan debatiendo la influencia persa del puente Cinvat sobre el As-Sirat, las similitudes son demasiado distintivas como para ignorarlas. El puente As-Sirat también se estrecha para los injustos y se ensancha para los justos, y también está considerado como el lugar final del juicio antes de que el alma vaya al paraíso o al infierno. Además, el puente islámico también cruza el abismo sobre el infierno, pero en la visión musulmana es más difícil cruzarlo a causa de las púas, ganchos y otros ardides que obstaculizan el paso del alma mientras las llamas del infierno llegan literalmente hasta los pies.

En la visión musulmana del puente, tan solo los fieles pueden cruzar el puente, mientras que, en la versión persa original, era el destino de todos los mortales. En las creencias monoteístas posteriores que se vieron influidas por las persas, el alma, tanto si era juzgada en un puente o frente a un trono de oro, se enviaba a su destino eterno, mientras que en la visión persa el alma solo residía en el hogar del más allá durante un período de tiempo antes de recibir la absolución y reunirse con su creador. Este aspecto de los primeros sistemas iranios, y de los zoroástricos posteriores, presenta una fe que contiene una de las visiones del más allá más benevolentes jamás imaginadas.

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Sobre el traductor

Rosa Baranda
Traductora de inglés y francés a español. Muy interesada en la historia, especialmente en la antigua Grecia y Egipto. Actualmente trabaja escribiendo subtítulos para clases en línea y traduciendo textos de historia y filosofía, entre otras cosas.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2020, enero 10). Puente Cinvat [Chinvat Bridge]. (R. Baranda, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-18692/puente-cinvat/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Puente Cinvat." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. Última modificación enero 10, 2020. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-18692/puente-cinvat/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Puente Cinvat." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 10 ene 2020. Web. 05 oct 2024.

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