Tenochtitlán

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Mark Cartwright
por , traducido por Rosa Baranda
Publicado el 25 septiembre 2013
Disponible en otros idiomas: inglés, francés, portugués
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Sacred Precinct, Tenochtitlan (by Steve Cadman, CC BY-SA)
El recinto sagrado, Tenochtitlán
Steve Cadman (CC BY-SA)

Tenochtitlán, o también Tenochtitlan, en una isla cerca de la orilla oriental del lago Texcoco, en el centro de México, fue el centro religioso y la capital de la civilización azteca. La fecha tradicional de su fundación es el año 1345, y fue el centro azteca más importante hasta su destrucción a manos de los conquistadores españoles liderados por Hernán Cortés en 1521, cosa que llevaría al colapso final del imperio azteca. En el centro de la ciudad había un gran recinto sagrado dominado por una pirámide enorme, conocida como el Templo Mayor, en honor a los dioses Huitzilopochtli y Tláloc. Este lugar, la actual Ciudad de México, se sigue excavando hoy en día, y este trabajo ha sacado a la luz algunos de los mayores tesoros del arte azteca, tales como la célebre Piedra del Sol y otros objetos coleccionados por los propios aztecas de las demás grandes civilizaciones mesoamericanas.

En la mitología

Según la mitología azteca, los fundadores de la ciudad emigraron desde el legendario Aztlán, en el desierto del noroeste, en un largo periplo que finalmente los conduciría al lago de Texcoco. Durante esta migración, los sacerdotes iban cargando con un gran ídolo del dios Huitzilopochtli, que les iba susurrando las indicaciones del camino, les puso el nombre de mexica y les prometió grandes riquezas y prosperidad siempre y cuando lo adoraran como se merecía. Por el camino los mexica se asentaron en diferentes lugares, pero ninguno se acomodaba a sus propósitos. Un evento decisivo en la migración fue la rebelión incitada por Copil, el hijo de la hermana de Huitzilopochtli, Malinalxochitl. Esto fue en venganza porque los mexica abandonaron a la diosa, pero con la ayuda de Huitzilopochtli Copil fue asesinado. El gran dios de la guerra dio instrucciones de que lanzaran el corazón del rebelde lo más lejos posible al lago Texcoco, y allá donde cayera sería indicio del lugar donde los mexica deberían construir su nuevo hogar, el lugar exacto marcado por un águila devorando una serpiente posada en un nopal tunero. Esto es exactamente lo que pasó y se construyó la nueva capital de Tenochtitlán, según la tradición en 1345.

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El nombre de la ciudad deriva de tetl, que significa roca, nochtli, el nopal tunero, y tlan, el sufijo de lugar o localidad. De origen similar es el término Tenocha, con el que en ocasiones los mexica se denominaban a sí mismos, y el nombre de su semilegendario sacerdote y líder Tenoch.

Tenochtitlán FUE UNA DE LAS CIUDADES MÁS GRANDIOSAS DE MESOAMÉRICA CON MÁS DE 200.000 HABITANTES.

La ciudad

A pesar de que la ciudad fue destruida y durante los siglos posteriores hubo una extensa construcción sobre ella, los cronistas del siglo XVI afortunadamente escribieron en gran detalle sobre los edificios y obras de arte que alguna vez hicieran de Tenochtitlán una de las ciudades más grandiosas de Mesoamérica, y con más de 200.000 residentes, ciertamente la más poblada. Estas crónicas y la continua y extensiva arqueología en el sitio suponen que hoy sepamos más acerca de Tenochtitlán que de cualquier otra ciudad de las grandes civilizaciones mesoamericanas.

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Tal y como describe Bernal Díaz del Castillo, uno de los hombres de Cortés, al ver la ciudad por primera vez:

Era como los encantamientos del libro de Amadís, por sus torres altas, sus pirámides y otros edificios, todos de mampostería, los cuales surgían de entre las aguas. Algunos de los soldados preguntaban si lo que estaban viendo no era un sueño.
(Miller, 239)

Tenochtilan llegó a cubrir, en su época más extensa, unos 12-14 km² y estaba conectada a la orilla occidental del lago y sus alrededores por medio de tres calzadas (que iban hacia el norte, el este y el oeste), que incluían espacios transversales unidos por puentes removibles que se podían desmontar para permitir el paso de lanchas o quitar completamente en caso de ataque, cosa que nunca sucedió hasta la llegada de los españoles. También había un acueducto de piedra que traía agua potable a la ciudad desde manantiales cercanos al Cerro de Chapultepec. El lago era una fuente importante de alimento, pero la tierra buena para la agricultura era escasa, y este hecho haría necesaria la reconversión de la tierra del lago para el cultivo, y, con el tiempo, la conquista militar para tomar territorios de los estados vecinos por la fuerza. De esta manera, las chinampas o "jardines flotantes" de sus vecinos inmediatos, unas balsas cubiertas de lodo o barro afianzadas con sauces, fueron confiscadas y reconvertidas para cubrir las necesidades de la creciente población de la ciudad.

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La propia ciudad estaba construida en forma de cuadrícula con muchos canales por toda su superficie. Aparte de las cuatro calles principales que dividían la ciudad según los puntos cardinales, la mayoría de las calles y canales eran angostos, sobre todo porque no existían vehículos enrodados ni bestias de carga, de manera que los bienes eran transportados por porteros en pequeñas lanchas y canoas. Los canales, junto con los muchos sauces, jardines florales y monumentos de yeso blanco brillando a la luz del sol, sin duda habrían hecho de Tenochtitlán una ciudad muy pintoresca. Tal y como la describe un poema nahuatl:

La ciudad se propaga hacia el exterior en círculos de jade, irradiando destellos de luz como plumas de quetzal, a los lados los señores en lanchas se aproximan, y sobre ellos se extiende una neblina floral.
(Coe, 192)

El corazón de la ciudad era el recinto ceremonial amurallado con sus tres entradas y sus templos impresionantes y pirámides desde donde la ciudad se expandía en cuatro distritos residenciales principales. Estos a veces tenían vastos palacios, como la antigua residencia de Motecuzhoma I y el palacio de Axayacatl, residencias de piedra más pequeñas con techos llanos para los nobles y oficiales, enormes mercados (donde se podían comprar todo tipo de bienes básicos y de lujo, tales como jade, chocolate y vainilla), cámaras judiciales, tesorerías, bodegas, estructuras como la casa de la danza y las pajareras, así como áreas abarrotadas de talleres (que trabajaban especialmente el metal y la obsidiana, pero también la cestería utilizando los cañaverales locales) y pequeñas casas de ladrillo de adobe y carrizo donde vivían las clases bajas, aunque estas también podían tener pequeños jardines aquí y allá.

Tenochtitlan
Tenochtitlán
HJPD (CC BY-SA)

El Recinto Sagrado

El Recinto Sagrado en el corazón de Tenochtitlán contaba, de acuerdo con un testigo ocular, con 78 estructuras distintas. Entre las más importantes estaban el Templo Mayor dedicado a Tláloc y Huitzilopochtli, el cual estaba flanqueado por la Casa de las Águilas (llamada así por su decoración en piedra) en un lado y la Pirámide de Tezcatlipoca en el otro. Frente al Templo Mayor se erigía la piedra del gladiador (donde se ataba a las víctimas sacrificiales a las que atacaban los “caballeros”), un tzompantli (cesta de cráneos) y una cancha de juego de pelota en forma de I. En la esquina suroeste se erigía el templo del Sol de Tonatiuh, y el templo de Quetzalcoatl.

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También había un templo dedicado a la diosa de la tierra Tonantzin y los edificios de Coateocalli, que alojaban, en un sentido de captura espiritual, las estatuas de dioses y otras obras de arte confiscadas a los enemigos conquistados. Finalmente, en el lado de Tláloc del Templo Mayor, las excavaciones han revelado montañas artificiales compuestas de ofrendas y otros depósitos diseñados para emular la montaña sagrada de Tláloc.

El Templo Mayor

El Gran Templo o Templo Mayor (llamado Hueteocalli por los aztecas) se sitúa en el centro del Recinto Sagrado. En la parte superior de la plataforma de la pirámide de 60 metros de altura, a la que se accedía mediante dos tramos de escaleras, estaban los dos templos gemelos. El santuario del lado norte estaba dedicado a Tláloc, el dios de la lluvia, y el otro, del lado sur, estaba dedicado a Huitzilopochtli, el dios de la guerra. El templo de Tláloc marcaba el solsticio de verano (simbolizando la temporada lluviosa) mientras que el de Huitzilopochtli marcaba el solsticio de invierno (simbolizando la temporada seca y el tiempo de las campañas de guerra). Los escalones monumentales que llevaban a lo alto del templo de Tláloc estaban pintados de azul y blanco, los colores que representaban el agua, ese elemento tan estrechamente asociado con el dios. En contraste, los escalones que llevaban a lo alto del templo de Huitzilopochtli estaban pintados de rojo brillante, simbolizando la sangre y la guerra.

Temple Mayor, Tenochtitlan
Templo Mayor, Tenochtitlán
Wolfgang Sauber (CC BY-SA)

Los sacrificios, incluidos los humanos, se realizaban en ambos templos para honrar y alimentar a los dioses. Un sacrificio típico consistía en arrancarle el corazón a la víctima, desollarla, decapitarla, y descuartizarla. Acto seguido, el cuerpo se arrojaba cuesta abajo por los escalones de la pirámide hasta parar en la base donde había una enorme piedra circular con la figura esculpida de Coyolxauhqui, la diosa que fue tratada de manera similar por Huitzilopochtli según la mitología.

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Destrucción

Cuando los españoles llegaron a Tenochtitlán, su líder, Cortés, contaba con solo 500 hombres y no más de 20 caballos. Sin embargo, reclutando aliados como los Tlaxcaltecas pudo sitiar la ciudad que finalmente caería el 13 de agosto de 1521. Los grandes monumentos fueron saqueados y destrozados, las obras de arte y los objetos preciosos fundidos y la civilización azteca colapsó. Lo que quedó de la ciudad se convirtió en la capital de Nueva España, que es como los españoles llamaron a su nueva colonia.

Arqueología

Las excavaciones en los templos y edificios de Tenochtitlán comenzaron en el siglo XX y han revelado la verdadera complejidad de la historia del lugar. Por ejemplo, hay indicios de que el Recinto Sagrado fue construido sobre estructuras muy anteriores, de que los propios templos fueron reconstruidos y ampliados muchas veces, y que dentro había enterradas ofrendas, como por ejemplo las ofrendas de coral, conchas y animales marinos enterradas bien profundo en el Templo Mayor.

Aztec Empire Map
Mapa del Imperio azteca
Simeon Netchev (CC BY-NC-ND)

La ciudad fue despojada de cualquier cosa de valor tras su colapso. No obstante, se han recuperado varias impresionantes obras de arte, casi de forma milagrosa, de las ruinas de Tenochtitlán. Estas incluyen la icónica Piedra del Sol (o El Calendario de Piedra), la gran escultura de piedra de Coatlicue, la piedra de Tizoc, la enorme piedra circular que representa a Coyolxauhqui que descansaba a los pies del Templo Mayor, la piedra del Templo, un trono de piedra probablemente utilizado por Motecuhzoma II y decorado con dioses y un disco solar, y finalmente, la vasija antropomórfica de cerámica azul que representa a Tláloc.

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Además de estas magníficas obras de arte aztecas, las excavaciones en los templos han revelado colecciones de artículos de arte de muchas civilizaciones mesoamericanas anteriores, tan antiguas como la Olmeca, lo que demuestra que los aztecas apreciaban el arte e incluso era respetuosos coleccionistas. Durante las excavaciones, también se han recuperado muchas vasijas finas ricamente decoradas, lo que demuestra que el artista azteca era quizás mucho más hábil de lo que se pensara en un primer momento. La gran mayoría de estos hallazgos forman parte de la impresionante colección del Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México, construido, obviamente, sobre las ruinas de la antigua Tenochtitlán.

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Sobre el traductor

Rosa Baranda
Traductora de inglés y francés a español. Muy interesada en la historia, especialmente en la antigua Grecia y Egipto. Actualmente trabaja escribiendo subtítulos para clases en línea y traduciendo textos de historia y filosofía, entre otras cosas.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2013, septiembre 25). Tenochtitlán [Tenochtitlan]. (R. Baranda, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-12114/tenochtitlan/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "Tenochtitlán." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. Última modificación septiembre 25, 2013. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-12114/tenochtitlan/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "Tenochtitlán." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 25 sep 2013. Web. 14 dic 2024.

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