La agricultura fue la base de la economía del antiguo Egipto y un aspecto vital en la vida de su gente. Las prácticas agrícolas comenzaron en la región de delta del norte de Egipto y la cuenca fértil conocida como El Fayum en el período predinástico de Egipto (aprox. 6000 - 3150 a.C.), pero existe evidencia del uso y sobreuso de la agricultura en esas tierras que datan del año 8000 a.C.
La egiptóloga e historiadora Margaret Bunson define a la agricultura del antiguo Egipto como «la ciencia y práctica de los egipcios antiguos de la época predinástica que les permitió transformar una extensión de tierra semiárida en campos fértiles con cada inundación del Nilo» (4). Con esto se refiere a las inundaciones anuales del río Nilo que sobrepasaban la ribera para depositar tierra rica en nutrientes sobre el campo y facilitaba la siembra de cultivos. Sin las inundaciones, la cultura egipcia no podría haber aprovechado el valle del río Nilo, ni establecido su civilización. Las inundaciones del Nilo eran tan importantes que los investigadores creen que muchos de los mitos egipcios más populares, si no la mayoría, están vinculados a estos eventos o directamente inspirados por ellos. Se considera que la historia de la muerte y la resurrección del diosOsiris, por ejemplo, podría haber sido una alegoría a la inundación del Nilo y su capacidad de crear vida, así como lo serían numerosas historias de Egipto.
Los campos de Egipto eran tan fértiles que, en una buena temporada, producían suficiente comida como mantener bien alimentada a todas las personas del país por un año y aún contar con un excedente que se almacenaba en graneros estatales para su comercialización o tiempos difíciles. Una mala época de cosecha era siempre resultado de una baja inundación del Nilo, sin importar la cantidad de lluvias o cualquier otro factor que entrase en juego.
Herramientas y prácticas
Las inundaciones anuales eran de los aspectos más cruciales de la agricultura egipcia, aunque la gente aún debía trabajar los campos. Se debía arar la tierra, sembrar semillas y guiar al agua a diferentes áreas, lo cual llevó a la invención del arado con bueyes y mejoras en los métodos de riego. El arado con bueyes se diseñó de doble calibre: liviano o pesado. El arado pesado iba primero para surcar, mientras que el arado liviano iba detrás levantando el suelo.
Una vez labrado el campo, los trabajadores utilizaban azadas para romper bloques de tierra y sembraban semillas en las filas. Las azadas estaban hechas de madera y tenían mangos cortos (seguramente por la escasez de madera en Egipto que la encarecía), lo cual hacía que trabajar con ellos fuera extremadamente intensivo. Un agricultor podía llegar a pasar la mayor parte del día literalmente encorvado y con azada en mano.
Ya separados los bloques de tierra, se llevaban canastas con semillas al campo y los trabajadores llenaban sacos o canastas más pequeñas desde contenedores más grandes. La forma más común de sembrar el suelo era llevando una canasta en un brazo mientras se dispersaban semillas con el otro.
Algunos agricultores podían darse el lujo de tener una canasta más grande atada al pecho con correas de cáñamo y así usar ambas manos para sembrar. Para hundir las semillas en los surcos, los trabajadores conducían al ganado por el campo y luego tapaban los surcos con azadas. No obstante, toda esta labor podría resultar inútil si las semillas no recibían suficiente agua, por lo que el riego constante era de crucial importancia.
LAS INUNDACIONES ANUALES EN EL NILO eran VITALES PARA LA VIDA EGIPCIA, PERO SE necesitaban CANALES DE RIEGO TANTO PARA LLEVAR AGUA A LAS GRANJAS Y LOS PUEBLOS LEJANOS COMO PARA MANTENER UNA SATURACIÓN EQUILIBRADA DE LOS CULTIVOS CERCA DEL RÍO.
Las técnicas de riego egipcias eran tan eficientes que también las implementaron culturas como la griega y la romana. Los hicsos se asentaron en Avaris en el Bajo Egipto e introdujeron nuevos métodos de riego durante el Segundo Período Intermedio de Egipto (aprox. 1782 - aprox. 1570 a.C.). Los egipcios luego mejoraron las técnicas y expandieron el uso del canal. Las inundaciones anuales en el Nilo eran vitales para la vida egipcia, pero se necesitaban canales de riego tanto para llevar agua a las granjas y los pueblos lejanos como para mantener una saturación equilibrada de los cultivos cerca del río.
La egiptóloga Barbara Watterson nota cómo la región del delta de Bajo Egipto fue mucho más fértil que la del Alto Egipto hacia el sur, y como «el agricultor del Alto Egipto debía ser inventivo y, desde el comienzo, aprender a cooperar con sus vecinos para aprovechar el agua del río a través de la construcción de canales de riego y vías de desagüe» (40).
Se diseñaban los canales para su mayor eficiencia en el riego de los campos pero, aún más importante, para no interferir con los cultivos o canales de otros. Este aspecto de la construcción de canales fue tan importante que se incluyó en la Confesión negativa, la proclamación que un alma hacía después de la muerte al presentarse ante el juicio divino. En las Confesiones, la número 33 y la 34 eran en las que el alma debía asegurar nunca haber obstruido ni usado ilegalmente el agua del canal de otra persona. Luego de obtener permiso para cavar un canal, se volvía responsabilidad de los propietarios y los agricultores su debida construcción y mantenimiento. Bunson detalla:
Los primeros agricultores cavaban zanjas desde las riberas del Nilo hacia los campos de cultivo, primero con un mecanismo de extracción de agua de pozo y luego con ayuda del Shaduf, una herramienta rústica que les permitía elevar los niveles de agua del Nilo hacia los canales. Una vez regados, los campos producían cosechas anuales en abundancia. La agricultura fue un pilar en la economía egipcia desde tiempos predinásticos. Se empleaba a la mayoría de los egipcios en trabajos agrícolas, ya fuera en sus propias tierras como en las tierras de los templos o los nobles. Monitorear el riego se volvió tan importante que los funcionarios provinciales eran responsables de regular el agua. (4)
Bunson no se refiere aquí solo a las disputas que había sobre derechos de agua entre personas, sino a la cuasi-sagrada responsabilidad que tenían los funcionarios de asegurar que no se desperdiciara agua, lo que incluía cerciorarse de que los canales se mantuvieran en buen estado. El gobernador regional (nomarca) de un cierto distrito (nomo) autorizaba a sus inferiores a construir canales financiados por el Estado y garantizar el mantenimiento de los canales tanto públicos como privados. Se imponían multas por canales descuidados o mal construidos que desperdiciaran agua o desviaran el agua de otros sin permiso.
Los canales financiados por el Estado fueron, con frecuencia, obras de arte. Cuando Ramsés II el Grande (1279-1213 a.C.) construyó la ciudad de Pi-Ramsés sobre el sitio de la antigua Avaris, se decía que sus canales eran los más impresionantes de todo Egipto. Estas obras públicas estaban decoradas en gran detalle mientras que, al mismo tiempo, funcionaban con tal eficiencia que hicieron florecer a toda la región lindante a Pi-Ramsés. Desde la época del Imperio Medio de Egipto (2040-1782 a.C.) en adelante se habían implementado métodos hidráulicos para drenar el suelo y guiar eficientemente al agua a través del reino. La abundancia de las cosechas no solo significó bocas bien alimentadas, sino también una economía pujante gracias al comercio de bienes agrícolas.
La cría de animales, las cosechas y los productos
Los egipcios llevaban una dieta mayormente vegetariana. La carne era costosa, no se preservaba bien sin existencia del concepto de refrigeración, y estaba reservada más que nada para la nobleza, los ricos, y para festivales u ocasiones especiales. Entre los animales criados por su carne estaban la vaca, el cordero, la oveja, la cabra, y las aves. También se cazaban antílopes para la nobleza. La carne de cerdo se consumía bastante en el Bajo Egipto, mientras que en el Alto Egipto estuvo mal visto durante ciertos períodos, al igual que cualquiera asociado a ese animal. La clase baja se alimentaba con frecuencia de pescado, acto que las clases altas egipcias consideraban despreciable; a los sacerdotes, por ejemplo, se les prohibía comer pescado.
Los cultivos básicos del antiguo Egipto fueron el farro (un grano de trigo), el garbanzo, la lenteja, la lechuga, la cebolla, el ajo, el sésamo, el trigo, la cebada, el papiro, el lino, el ricino y, durante el período del Imperio Nuevo (aprox. 1570-1069 a.C.) en Tebas, la adormidera.
La adormidera (la amapola de opio) se utilizaba por sus propiedades medicinales y recreacionales ya desde en torno a 3400 a.C. en Sumeria, donde los mesopotamios se referían al opio como Hul Hil («la planta de la felicidad»), y de donde el cultivo de la amapola se esparció a otras culturas tales como la asiria y la egipcia. Al momento de establecerse el Imperio Nuevo, ya era bastante lucrativo el comercio del opio, que contribuía a la gran riqueza de la ciudad de Tebas.
El papiro se utilizaba para una variedad de productos. Aunque el papiro se reconoce comúnmente como la materia prima para hacer papel, también se usaba para fabricar sandalias, soga, material para muñecos, cajas, canastos, alfombras, persianas para ventanas, como alimento, y hasta para hacer pequeños botes pescadores. El ricino se molía y se usaba para hacer aceite para lámparas y como tónico. El lino se usaba para hacer sogas, ropa y, a veces, para calzado.
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Entre las cosechas más importantes estaba el farro que se usaba en la producción de cerveza, la bebida más popular en Egipto, y el pan, un producto diario en la dieta egipcia. Cuando Roma anexó a Egipto después del año 30 d.C., se reemplazó de manera gradual la producción de trigo por el vitocultivo, ya que los romanos preferían el vino antes que la cerveza. Sin embargo, antes de la imposición de Roma se puede decir que el farro fue, después del papiro, la cosecha más popular y habitual en Egipto.
Los agricultores y el comercio
Los agricultores se ganaban la vida de varias formas. Un terrateniente particular, por supuesto, podía hacer lo que quisiera con sus cosechas (teniendo en cuenta que tendría que pagar una cierta cantidad al Estado en impuestos). La mayoría de los agricultores labraban los campos de nobles o sacerdotes o cualquier otro miembro pudiente de la sociedad, y los hombres tendían típicamente los campos y entregaban la producción al noble antes de quedarse con una pequeña porción para uso personal. La cónyuge e hijos de esos arrendatarios agrícolas solían tener pequeños huertos destinados para el uso familiar, aunque la labor principal del hombre fuera la agricultura. La egiptóloga Joyce Tyldesley narra:
No era convencional retratar a mujeres arando, sembrando o cuidando animales en el campo, sino que se las mostraba proveyendo refrigieros para los trabajadores, y se registraba en tumbas el espigar como la actividad femenina mejor vista fuera de casa; las mujeres y los niños iban detrás de los cosechadores oficiales para levantar del suelo toda espiga de grano que quedara atrás. De igual (o incluso mayor) importancia eran las transacciones a pequeña escala que se producían entre mujeres cuando, por ejemplo, una mujer sencillamente acordaba intercambiar una jarra de cerveza casera por el excedente de pescado de su vecina. Este tipo de intercambio, que formó las bases de la economía egipcia, permitió a la prudente ama de casa convertir su excedente directamente en bienes consumibles, tal como su cónyuge intercambiaba su mano de obra por el pan de cada día. (137-138)
Tales intercambios, en los años productivos, incluía lo generado del huerto familiar, y los productos frescos servían como moneda. La pesca era una actividad diaria para casi la mayoría de la clase baja con el fin de complementar su ingreso, y los egipcios eran conocidos por ser pescadores expertos.El antiguo Egipto fue una sociedad sin moneda hasta la invasión persa del año 525 a.C., y cuánto más tenía uno para ofrecer como canje, mejor su situación.
La agricultura y el patrimonio personal
La unidad monetaria del antiguo Egipto era el deben que, según el historiador James C. Thompson, «funcionaba igual que el dólar hoy en Norteamérica para informar de los precios a los clientes, excepto que el deben no contaba con una moneda física» (Economía egipcia,1) Un deben era «aproximadamente 90 gramos de cobre; y los artículos realmente costosos se valuaban en debens de plata u oro, con cambios proporcionales de valor» (ibid). Thompson añade:
Ya que setenta y cinco litros de trigo valían un deben y un par de sandalias también, tenía perfecto sentido para los egipcios comprar un par de sandalias tanto con una bolsa de trigo como con un trozo de cobre. Incluso si el fabricante de sandalias tenía trigo de sobra, con gusto aceptaba el pago porque podía fácilmente intercambiarlo luego por otra cosa. Los artículos más habituales para hacer compras fueron el trigo, la cebada, el aceite de cocina o para lámparas, pero en teoría todo podía ser intercambiable. (1)
El mismo sistema de trueque que se inició a modesta escala en las aldeas de Egipto sirvió también como modelo en las ciudades y en el comercio internacional. Egipto enviaba sus productos en barco a Mesopotamia, el Levante, India, Nubia, y Punt (hoy Somalia), entre otros. Lo que se cosechaba se almacenaba a nivel local y el Estado recaudaba una porción como impuesto que llevaba a los graneros imperiales en la capital.
Bunson nota cómo «se encomendaba a asesores desde la capital a las provincias para recaudar impuestos en forma de grano» y cómo los templos locales «contaban con unidades de almacenamiento sujetas a impuestos en la mayoría de las eras a menos que estuvieran exentos por alguna razón o favor» (5). Los templos dedicados a dioses populares (como Amón) concentraban riqueza gracias a la agricultura, lo que caracterizó a la historia egipcia por conflictos entre los sacerdotes de Amón y el trono.
Conclusión
Luego de que Egipto fuera anexado por Roma, sirvió como el «granero» del Imperio romano, que demandaba en creces el suministro de alimentos para su cada vez mayor expansión. Esta situación se perpetuaría incluso luego de la caída del Imperio romano de Occidente en el año 476 d.C. ya que Egipto siguió estando bajo el control del Imperio romano (bizantino) de Oriente hasta que fue tomado por la invasión árabe del siglo VII d.C.
En el período entre la invasión árabe y la caída del Imperio bizantino en 1453 d.C., Egipto continuó su larga tradición de actividad agrícola que desde entonces se mantiene. Aunque la mayoría de los campos y granjas comerciales de Egipto de hoy emplean tecnología más avanzada, todavía se pueden observar los antiguos patrones agrícolas en pequeñas granjas y aldeas.
Rodra traduce en el área de las ciencias (inglés y español) habiéndose especializado en Argentina. Le apasiona traducir las ciencias ambientales, la historia, la agricultura y los alimentos. Es amante de la antropología, la literatura y la celebración de la diversidad cultural.
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.
Mark, Joshua J.. "La agricultura en el antiguo Egipto."
Traducido por Rodra Castro. World History Encyclopedia. Última modificación enero 10, 2017.
https://www.worldhistory.org/trans/es/2-997/la-agricultura-en-el-antiguo-egipto/.
Estilo MLA
Mark, Joshua J.. "La agricultura en el antiguo Egipto."
Traducido por Rodra Castro. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 10 ene 2017. Web. 03 dic 2024.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Joshua J. Mark, publicado el 10 enero 2017. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.