La rosa que crece de muchas formas diferentes en los jardines de todo el mundo hoy en día es una evolución de plantas similares a las rosas que vivieron en el hemisferio norte entre hace 33 y 23 millones de años. Se han encontrado rastros de ellas en el registro fósil del periodo del Oligoceno en Europa, Asia y Norte América occidental.
El clima en esa época era en gran medida templado con abundancia de insectos, condiciones que siguen favoreciendo a las rosas actualmente. Flores de cinco pétalos, hojas caracterizadas por ser ovales y serradas y escaramujos de colores vistosos, son características que se pueden hallar en especies de rosas silvestres en la actualidad y que las diferenciaron de otros restos de plantas cuando se examinaron los fósiles.
LA ASOCIACIÓN CON EL SECRETISMO HIZO QUE LA ROSA SE CONVIRTIERA EN UN SÍMBOLO VISUAL DE LA NECESIDAD DE DISCRECIÓN.
Según la mitología griega, la diosa de las flores, Cloris, creó una flor nueva insuflando vida a una ninfa del bosque que había muerto.Dioniso, el dios del vino y de la flora le dio un perfume precioso, y Afrodita, la diosa de la belleza y el placer, dio a la rosa su nombre reorganizando las letras de Eros, su hijo y el dios del amor y el deseo. Eros más tarde regaló una rosa a Harpócrates, el dios del silencio, como soborno para asegurarse de que se callaría las indiscreciones de los dioses. Por lo tanto, la rosa se convirtió en símbolo del secretismo, el silencio y el amor. Esta historia se prolongó a la mitología romana, con sus protagonistas reemplazados por sus dioses, Flora, Venus, Cupido y Baco, aunque Harpócrates mantuvo su nombre griego.
La asociación con el secretismo hizo que la rosa se convirtiera en un símbolo visual de la necesidad de discreción. En los techos y muros de estancias públicas de casas importantes se grababan rosas, así como en salas de justicia y en confesionarios católicos como recordatorio de que todas las conversaciones deberían ser guardadas en secreto. A partir de la Edad Media, a menudo se colgaba una rosa del techo de la cámara del consejo del gobierno para asegurar la confidencialidad de los procesos. Por lo tanto, sub rosa (“bajo la rosa”) se convirtió en un término cuasi-legal que se sigue usando para indicar algo que es mejor que se mantenga en secreto.
La primera especie de rosa descrita por la ciencia proviene de los yacimientos fósiles de Florissant del condado de Teller, Colorado. En 1883, el paleobotánico Charles Leo Lesquereux escribió el artículo científico Contributions to the Fossil Flora of the Western Territories (Contribución a la flora fósil de los territorios occidentales) en el que describía y nombraba la Rosa hilliae, el espécimen simple de rosa que había recibido entre las muestras recolectadas por Los Estudios Geológicos de EE. UU. de Hayden y la Expedición Científica de Princeton de 1877.
La elección de su nombre fue para hacer honor a la paleontóloga amateur Charlotte Hill, que fue la que llamó la atención de la ciencia sobre los yacimientos fósiles de Florissant. Ella vivía con su familia en una granja, Petrified Stump Ranch, a unos 3 kilómetros al sur de la ciudad de Florissant. Charlotte comenzó a coleccionar fósiles de plantas e insectos que encontraba al excavar la tierra que rodeaba su propiedad y comenzó a fascinarse por ellos, construyendo finalmente un pequeño museo y alojando a muchos geólogos y paleontólogos de renombre a los que entregó parte de su colección.
Actualmente el género Rosa abarca unas 150 especies de arbustos erectos, trepadores o rastreros perennes con miles de variedades. Estas provienen de un número muy pequeño de rosas originarias de Asia que se cruzaron durante siglos con especies silvestres nativas de Europa y América.
Las rosas se clasifican en tres grupos:
Especies silvestres
Rosales antiguos, variedades anteriores a 1867
Rosales modernos
Las primeras especies de rosas tenían solo cinco pétalos como se observa en las flores de la Rosa hilliae. Estas son las especies que formaron los bloques de construcción genéticos para las rosas de nuestro tiempo. Incluyen el escaramujo salvaje, Rosa canina, que se halla comúnmente en setos. También existe la rosa escocesa, Rosa pimpinellifolia, una rosa resistente y frondosa que sobrevive bien en lugares expuestos y junto al mar, Rosa gallica, que proviene de Europa del sur, más cálida, Rosa carolina del este de EE. UU. y Rosa blanda que se mantiene fuerte en las praderas americanas.
El proceso de convertir la rosa silvestre en una planta de jardín de variedad infinita comenzó hace mucho tiempo. Las primeras rosas domesticadas podrían haber sido cultivadas intencionadamente a partir del 3.000 a.C. en China. Se utilizaban para fabricar agua de rosas y en aceites perfumados, para fines medicinales y como confeti en celebraciones. El filósofo Confucio registró que las rosas se cultivaban en los jardines del palacio imperial en el 500 a.C. y que la biblioteca del emperador chino contenía un gran número de libros sobre el tema. China era la única fuente de rosas amarillas y de todos sus descendientes modernos, ya que no existen rosas silvestres en Europa con esa coloración.
Los antiguos egipcios se bañaban en agua de rosas y esparcían pétalos de rosa para que sus aposentos tuvieran un olor fragante. Los romanos cultivaban rosas de forma intensiva en los grandes jardines públicos, y la Rosa alba se podía encontrar en los jardines de nobles y monjes de la Europa medieval, que se cree que expandieron los romanos. Todos los monasterios medievales tenían su monje botánico que cultivaba rosas y otras plantas y hierbas para su uso en ceremonias religiosas.
Los jardineros medievales también cultivaban la Rosa damascena o rosa de Damasco, con sus flores exuberantes dobles y profundamente perfumadas. Como sugiere su nombre “de Damasco”, probablemente fue llevada de Siria a Europa por mercaderes en el siglo XII o por los cruzados en el siglo XIII junto a la Rosa oficinalis, conocida como “la rosa del boticario”.
La continua intervención de botánicos y obtentores vegetales ha sido lo que ha transformado la rosa silvestre en una planta de jardín resistente. Las rosas criadas a partir de semillas no mantienen las características de sus progenitores. Para mantener una variedad se deben tomar esquejes; por lo tanto, se puede decir que una rosa antigua contemporánea es un eslabón viviente de otra rosa que una vez creció en un jardín medieval. Las rosas antiguas no suelen florecer durante tanto tiempo como sus descendientes cultivadas, y sus colores son más pasteles y menos llamativos. Sin embargo, son resistentes y no requieren el mismo grado de atención ni conservación que un híbrido moderno. También continúan exhalando las fuertes fragancias que provienen de sus ancestros silvestres.
LAS ROSAS FUERON TOMANDO PAULATINAMENTE UN SIGNIFICADO MÁS SIMBÓLICO CUANDO COMENZARON A APARECER EN LOS EMBLEMAS DE LA NOBLEZA.
La rosa política
De ser simplemente decorativas, las rosas fueron tomando paulatinamente un significado más simbólico cuando comenzaron a aparecer en los emblemas de la nobleza. En el siglo XIII, la Rosa alba blanca fue la insignia de Leonor de Provenza, esposa de Enrique III de Inglaterra. Su hijo Edmundo, conde de Lancaster, adoptó la Rosa gallica roja de su mujer Blanca de Artois cuando se casaron. Esto estableció la rosa roja como emblema de la Casa de Lancaster.
Más de 200 años después, Ricardo, duque de York, eligió la rosa blanca como insignia. Cuando se disputó el derecho a la corona entre la Casa de Lancaster y la Casa de York entre 1455 y 1487, el conflicto fue conocido como la guerra de las Rosas. La resolución de esa guerra civil dio como resultado la coronación del lancasteriano Enrique Tudor como Rey Enrique VII de Inglaterra. Este se casó con Isabel de York y unió las rosas simbólicas blancas y rojas para formar la rosa Tudor. La forma de esta doble rosa se puede observar ampliamente tallada en edificios y mobiliario Tudor y pintada en retratos de la época que simbolizan para siempre un país unido.
En fecha tan reciente como 1986, se eligió la rosa por voto popular como la flor oficial nacional de EE.UU. En una ceremonia especial, el presidente Ronald Reagan promulgó la ley de resolución conjunta emitida por el Senado y la Cámara de representantes con las siguientes palabras:
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Con más frecuencia que con otra flor, estimamos la rosa como símbolo de la vida, el amor y la devoción, de la belleza y la eternidad…Vemos prueba de ello por todos los lugares. El estudio de los fósiles revela que la rosa existe en América desde épocas remotas. Siempre hemos cultivado rosas en nuestros jardines. Nuestro primer presidente, George Washington, cultivaba rosas, y una variedad que lleva el nombre de su madre continúa cultivándose hoy en día. La propia Casa Blanca alardea de un bonito jardín de rosas. Cultivamos rosas en nuestros cincuenta estados. Encontramos rosas a través de nuestro arte, música y literatura. Decoramos nuestras celebraciones y desfiles con rosas. Sobre todo, regalamos rosas a los que amamos, y las prodigamos en nuestros altares, nuestros santuarios civiles y en los últimos lugares de descanso de nuestros honorables caídos. (Proclamación 5574)
Una colección nacional
Durante los siglos XV y XVI, los cultivadores de rosas comenzaron a criar y alterar variedades como la R. damascena y su prima del Medio Oriente, Rosa centifolia. Los holandeses fueron los pioneros, y la investigación contemporánea ha demostrado que al menos se pueden encontrar cuatro especies de rosas silvestres en la estructura de la R. centifolia. Los resultados de las rosas cultivadas en Holanda en los siglos XVI y XVII se pueden observar en pinturas de los antiguos maestros holandeses. Estos representaban grandes flores dobles con la forma característica de "rosa repollo" de la R. centifolia. Los pétalos de las flores de caras planas parecen haber sido cercenados por un cuchillo.
La época dorada para las rosas debe ser la primera parte del siglo XIX. Fue impulsada por Josefina de Beauharnais, esposa de Napoleón Bonaparte. Cuando adquirió el castillo de Malmaison en las afueras de Paris, Josefina llenó sus jardines con todas las rosas conocidas de la época. Se hicieron enviar por proveedores de toda Europa. Esta fue la época de las guerras napoleónicas y del Bloqueo Continental, pero se dice que se hicieron acuerdos especiales para que los cargamentos de rosas desde Inglaterra pudieran atravesar el canal de la Mancha sin trabas de bloqueos.
Cuando creció la colección, Josefina encargó al pintor Pierre Joseph Redouté que documentara las rosas. Su obra publicada, Las rosas, 1817-24, forma el punto de partida para gran parte de la investigación científica moderna sobre las rosas de jardín. La colección ayudó a despertar el entusiasmo de Francia por las flores, y hubo un auge del cultivo de la rosa. De hecho, casi todas las rosas antiguas que cultivamos hoy provienen de Francia.
Jacques-Louis Descemet fue uno de los cuatro grandes cultivadores de rosas de París en la época de Josefina. Ayudó a popularizar una variedad que había sido importada a Francia de cultivadores de rosas holandeses, pero fue conocida como Rosa gallica (rosa francesa) cuando más tarde se envió de Francia a Inglaterra. Los orígenes de la R. gallica no están claros, pero los persas ya la conocían como especie en el siglo XII, y los holandeses la cultivaron en cierta medida 400 años después, aunque tenían preferencia por la R. centifolia.
Una multitud de híbridos
Cuando las rosas chinas de varias floraciones llegaron a Europa en torno a 1790, dieron a los criadores de rosas una nueva y fantástica característica con la que trabajar: la habilidad de florecer no una vez, sino a lo largo de la temporada de crecimiento. El siguiente gran paso en el desarrollo de la rosa, vino cuando los hibridadores cruzaron la antigua rosa china, Rosa chinensis, con la Rosa gigantea europea. Se decía que el resultado tenía una fragancia que recordaba a una taza de té chino y por lo tanto se apodó la “rosa del té”.
Unos años más tarde otro cruce combinó la rosa de damasco con otras especies de rosas que florecían libremente durante muchos años y por lo tanto se denominaron híbridas perpetuas. El último capítulo de la historia de esta rosa particular se escribió a mediados del siglo XIX cuando las rosas del té se cruzaron con híbridas perpetuas, y así nació la rosa del té híbrida. Sus grandes flores y su vigoroso hábito de floración de larga duración la han convertido en el tipo de rosa más popular del mundo.
Las rosas Bourbon surgieron por hibridación natural entre la R. chinensis y una rosa de damasco en la isla de Ile Bourbon, más conocida hoy como la isla de Reunión, cerca de Mauricio. Era una escala importante de reaprovisionamiento de los barcos franceses en los días anteriores al canal de Suez. Se llevó un esqueje del híbrido a París a comienzos del siglo XIX y se cruzó además con la R. gallica. Las rosas de larga floración resultantes, con su fuerte aroma, continúan cultivándose extensamente hoy en día.
El primer grupo híbrido cultivado en América, las "rosas Noisette", se cultivaron por primera vez en Carolina del sur en el siglo XIX. Un horticultor francés, Louis Noisette, envió una rosa china de la variedad “Old Blush” a su hermano Philippe, que vivía en EE. UU. Philippe le pasó la rosa a su vecino John Champneys, que la cruzó con una rosa mosqueta trepadora, Rosa moschata, y el resultado se denominó “la rosa trepadora de Champneys”. Se enviaron semillas de esa planta de vuelta a Francia que después dieron resultado a una trepadora nueva llamada Noisette Carnée, y llegaron nuevos híbridos cuando estas Noisettes se cruzaron con rosas del té.
Hacia el siglo XX
Las rosas modernas comenzaron con híbridas del té y pronto se unieron las floribundas y las grandifloras. Las primeras fueron cultivadas a finales del siglo XIX por la compañía Dutch Poulsen y siguen existiendo hoy en día. Sus hibridadores cruzaron rosas chinas enanas con pequeñas híbridas del té para producir arbustos compactos con racimos múltiples de pequeñas flores dobles.
Las rosas grandifloras comenzaron su vida en la década de 1950 como cruces entre híbridas del té y floribundas. Estos arbustos altos y resistentes con flores completamente florecidas son las rosas de jardín más familiares hoy en día, pero no producen el mismo nivel de fragancia que las rosas de rosal antiguo. Son más similares en forma y de colores más brillantes y variados, lo que las hace populares para una exhibición de un jardín amplio.
Actualmente, la búsqueda de la rosa perfecta continúa y cada año brotan nuevos híbridos provenientes de diferentes cultivadores por todo el mundo. Mientras tanto, las especies de rosas mantienen la reserva genética viva y las rosas antiguas mantienen un seguimiento leal, premiadas por su crecimiento natural y su fuerte aroma. La historia se sigue escribiendo continuamente en el mundo del cultivo de la rosa.
Plantas parecidas a la rosa llevan viviendo en el hemisferio norte durante entre 33 y 23 millones de años. Las 150 especies de rosas vivas hoy en día provienen de un pequeño número de rosas originarias de Asia que se cruzaron durante siglos con especies silvestres europeas y americanas.
¿Cuál es el simbolismo de la rosa?
La rosa se convirtió en símbolo del secretismo, el silencio y el amor.
Debido a mi gran interés por aprender humanidades, soy traductora voluntaria para WHE, lo que me da la oportunidad de profundizar en las olas del tiempo.
Sheena Harvey es una escritora freelance que ha sido editora de seis revistas nacionales en Gran Bretaña que incluyen Discovery Britain, Landscape y BBC Wildlife; también contribuye en revistas como English Heritage y Countrylife.
Harvey, S. (2023, agosto 16). Breve historia de la rosa [A Brief History of the Rose].
(R. M. Barquin, Traductor). World History Encyclopedia. Obtenido de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2264/breve-historia-de-la-rosa/
Al estilo de Chicago
Harvey, Sheena. "Breve historia de la rosa."
Traducido por Rosa Maria Barquin. World History Encyclopedia. Última modificación agosto 16, 2023.
https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2264/breve-historia-de-la-rosa/.
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Harvey, Sheena. "Breve historia de la rosa."
Traducido por Rosa Maria Barquin. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 16 ago 2023. Web. 06 dic 2024.
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Escrito por Sheena Harvey, publicado el 16 agosto 2023. El titular del copyright ha publicado este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Tenga en cuenta que los contenidos enlazados desde esta página pueden tener condiciones de licencia diferentes.