En la mitología griega, Hiperbórea era la tierra situada más al norte del mundo conocido y era tan remota que incluso se consideraba que estaba más allá del viento del norte. Allí vivía una raza legendaria conocida como los hiperbóreos y adoraban al dios del sol Apolo.
Se pensaba que Hiperbórea era un paraíso terrenal de eterna juventud y abundancia, pero esta tierra lejana era tan inaccesible para los mortales comunes que los griegos creían que solo los héroes semidivinos como Hércules eran capaces de visitarla. Hiperbórea aparece en muchas leyendas griegas, generalmente para explicar la aparición o desaparición de figuras y objetos legendarios que de otro modo serían inexplicables. El origen histórico de los hiperbóreos bien podría estar relacionado con los pueblos que vivían al norte del mar Negro o los celtas de la Edad de Hierro que vivían a lo largo del río Danubio y que, como sabemos, tenían contactos comerciales con las culturas mediterráneas al menos desde el siglo VI a. C. Otro candidato para Hiperbórea es la Britania celta. Dondequiera que estuviera Hiperbórea en la mente de los griegos, simbolizaba, como la Atlántida, las amazonas y los centauros, una cultura misteriosa y poco conocida que existía en los confines del mundo que ellos conocían.
Los griegos creían que una raza legendaria a la que llamaban hiperbóreos vivía en el extremo norte del mundo conocido. De hecho, se pensaba que vivían más allá del viento del norte. El nombre, por lo tanto, probablemente deriva de Bóreas, el dios del gélido viento del norte en la mitología griega. Era tal la dificultad de llegar a esta misteriosa y lejana tierra que los griegos creían que las únicas personas capaces de llegar allí eran héroes semidivinos como Hércules y Perseo.
"A ESA RAZA SAGRADA NO LA PERTURBAN LAS ENFERMEDADES NI LA VEJEZ RUINOSA; VIVEN SIN TRABAJOS NI BATALLAS, SIN MIEDO." PÍNDARO
La lejanía de Hiperbórea no significa necesariamente que los griegos la consideraran la región ártica. Un candidato mucho más probable es la parte de Eurasia situada por encima del área poblada por los escitas (al norte del mar Negro) o la Europa central al norte del río Danubio. El primero, con pueblos completamente desconocidos, o el segundo, con su clima templado y sus bosques eran muy diferentes a lo que los griegos conocían, ambos habrían inspirado cuentos fantásticos en la imaginación griega. Ambas regiones comerciaban con las culturas mediterráneas, en particular ámbar (originario del Báltico), esclavos y pieles. Otra posibilidad para el origen de los hiperbóreos es la Britania celta (véase la sección final sobre los celtas más abajo).
La primera mención de los hiperbóreos proviene de un fragmento (n.º 150) del Catálogo de Hesíodo, escrito en algún momento entre finales del siglo VIII a. C. y principios del siglo VII a. C. Otra de las primeras fuentes es el escritor griego Píndaro (entre 518-448 a. C. aproximadamente), quien señaló en sus Odas Píticas (n.º 10) que Apolo vivía algunas partes del año en la tierra de los hiperbóreos, específicamente durante los meses de invierno, y describe este lugar como una especie de paraíso de eterna juventud y abundancia:
Ni en barco ni a pie se podía encontrar el maravilloso camino que lleva al lugar de encuentro con los hiperbóreos. Una vez Perseo, líder de su pueblo, entró en sus casas y festejó entre ellos, y los encontró sacrificando gloriosas hecatombes de asnos al dios. En las festividades de aquel pueblo y en sus alabanzas, Apolo es el que más se alegra, y ríe cuando ve la erguida arrogancia de las bestias. La Musa no es extraña a sus costumbres; todos giran alrededor con las danzas de las doncellas, los fuertes acordes de la lira y los clamores de las flautas. Se adornan el cabello con ramas de laurel dorado y festejan con alegría. A esa raza sagrada no la perturban las enfermedades ni la vejez ruinosa; viven sin trabajos ni batallas y sin temor a la estricta Némesis. Respirando audacia de espíritu, el hijo de Dánae se encaminó a aquella reunión de hombres bienaventurados, y Atenea lo condujo allí. Él mató a la gorgona y regresó trayendo la muerte pétrea a los isleños, en la cabeza que brillaba con cabello de serpientes.
En una oda Olímpica (n.º 3), Píndaro cuenta cómo Hércules visitó a los hiperbóreos después de perseguir a una cierva a través del Danubio y luego trajo de vuelta los olivos que plantó en Olimpia como preparación para los primeros Juegos Olímpicos.
...el olivo lo trajo una vez el hijo de Anfitrión [Hércules] de los sombríos arroyos del Danubio, para que fuera el más bello monumento conmemorativo de las competiciones olímpicas, cuando persuadió con la palabra al pueblo hiperbóreo, los servidores de Apolo. Con intenciones fidedignas les rogó que le dieran una planta que diera sombra, para que la compartieran todos los hombres y fuera una guirnalda de excelencia en el bosque de Zeus, que es hospitalario con todos… Vio que este jardín [en Olimpia], desprovisto de árboles, estaba expuesto a los penetrantes rayos del sol. Y así su espíritu lo impulsó a viajar a la tierra del Danubio, donde la hija de Leto, jinete de caballos, lo recibió cuando llegó de las cañadas montañosas y los profundos y tortuosos valles de Arcadia; por orden de Euristeo, su padre lo había obligado a buscar la cierva de cuernos dorados, la que una vez Táigete consagró a Artemisa la enderezadora. Mientras perseguía a aquella cierva, también vio aquella tierra más allá de las frías ráfagas de Bóreas; allí se detuvo y se maravilló ante los árboles, y le invadió un dulce deseo de plantarlos alrededor del límite del campo de carreras de caballos con sus doce pistas.
En las Historias del escritor griego Heródoto (484 - 425/413 a. C. aproximadamente), la ubicación de Hiperbórea se describe de la siguiente manera:
Por encima de los isedones... viven los arimaspos, hombres tuertos; por encima de ellos habitan los grifos guardianes del oro; y por encima de los grifos, los hiperbóreos, cuyas tierras se extienden hasta el mar. Con excepción de los hiperbóreos, todos estos pueblos, empezando por los arimaspos, atacaron a sus vecinos en oleadas sucesivas.
(4.13)
Aquí, Heródoto describe a los pueblos que viven en las tierras desconocidas al norte del Mar Negro, pero se desconoce la ubicación precisa de los isedones y los arimaspos. Heródoto habla de los hiperbóreos unas páginas más adelante:
Pero sobre los hiperbóreos, ni los escitas ni ningún otro habitante de esta región tienen nada que decir, excepto quizás los isedones; pero supongo que tampoco dicen nada sobre ellos, ya que si lo hicieran, los escitas lo repetirían, tal como lo hacen con la historia de los isedones sobre los hombres tuertos.
(4.32)
Afortunadamente, Heródoto continúa y describe a un grupo que sí parece saber acerca de los hiperbóreos, el pueblo que vivía en la isla sagrada de Delos en las Cícladas, que no por casualidad es el lugar de nacimiento de Apolo en la mitología griega y la ubicación de un importante santuario del dios.
Pero los delios son los que más tienen que decir sobre ellos. Cuentan que los hiperbóreos envían ofrendas sagradas envueltas en tallos de trigo a Escitia, y que estas ofrendas son recibidas sucesivamente por cada país vecino hasta que son llevadas hasta el mar Adriático (y desde allí finalmente a Grecia)… Pero en un principio los hiperbóreos enviaron a dos muchachas para llevar las ofrendas. Sus nombres, según los delios, eran Hipéroque y Laódice. Los hiperbóreos también enviaron con ellas una escolta de cinco de sus hombres para su seguridad; estos hombres ahora se llaman Perfereos y reciben altos honores en Delos. Pero las muchachas y los hombres enviados por los hiperbóreos no regresaron a sus casas, y los hiperbóreos, perturbados y temerosos de que si continuaban enviando a otros tampoco los volverían a ver, envolvieron sus ofrendas en tallos de trigo, las llevaron a los límites de sus tierras e impusieron a sus vecinos la estricta obligación de enviarlos al pueblo siguiente.
(4.33)
Heródoto continúa diciendo que los jóvenes de Delos continúan cortándose el pelo en honor a las vírgenes hiperbóreas que murieron en su misión:
Antes de casarse, las muchachas se cortan un mechón de cabello, lo enrollan alrededor de un huso y lo colocan sobre una tumba. La tumba está situada dentro del santuario de Artemisa, a la izquierda de la entrada, y tiene un olivo que crece sobre ella. También todos los muchachos, atan un poco de su cabello alrededor del brote de una planta y lo colocan sobre la tumba.
(4.34)
Todo el tono de Heródoto con respecto a Hiperbórea es más bien escéptico, y concluye su brevepresentación sobre ella con el siguiente comentario: "Si realmente hay hiperbóreos, entonces también hay hipernotianos" (4.36), y los hipernotianos serían las personas que viven al sur, más allá del viento del sur.
Leyendas asociadas
Aunque según la oda de Píndaro el pueblo hiperbóreo se había extinguido al encontrarse con la mirada petrificante de Medusa, curiosamente algunos griegos creían que el último lugar de descanso de los hiperbóreos era la isla de Delos. Esta asociación podría ser producto de una confusión de la historia de Heródoto sobre los embajadores hiperbóreos o fue creada para realzar el prestigio de Delos y mejorar su posición frente a su gran rival como el principal sitio religioso panhelénico: Delfos, sede del oráculo de Apolo. Delos aparece en otro curioso fragmento sobre Hiperbórea. Según Aristóteles (384-322 a. C.), Leto, la madre de Apolo, no era una diosa (esta era la opinión griega convencional), sino una loba que llegó a Delos desde la tierra de los hiperbóreos.
La conexión hiperbórea con Delos también se menciona en Axioco, una obra a menudo atribuida a Platón (429-347 a. C. aproximadamente) pero que los estudiosos modernos no consideran que haya sido escrita por el filósofo griego. El texto afirma que las ninfas Oupis y Hecaerge llevaron a Delos tablillas de bronce provenientes de Hiperbórea, que describían el viaje del alma al inframundo después de la muerte (371a). Heródoto también menciona un par de nombres similares: Oupis y Arge, las dos primeras vírgenes hiperbóreas que llevan ofrendas a Delos (Historias 4.35).
Los hiperbóreos aparecen en otra leyenda, esta vez relacionada con Creso, el rey de Lidia del siglo VI a.C. que, en una versión de la historia, fue salvado de su pira funeraria por Apolo y transportado mágicamente a la tierra de los hiperbóreos. De hecho, esta tierra legendaria, muy al norte, se convirtió en un lugar conveniente donde terminaban aquellos que desaparecían sin explicación; en otras palabras, lo que se perdía irremediablemente para el mundo tal como lo conocemos. Por ejemplo, se cree que el primer templo de Delfos fue tomado de alguna manera por los hiperbóreos, al igual que la flecha de Apolo, que se pensaba poseía propiedades curativas mágicas.
Abaris el hiperbóreo
LOS LUGARES DE ENTERRAMIENTO DE LOS CELTAS A VECES CONTIENEN EJEMPLOS DE ARTE Y OBJETOS PROBABLEMENTE REALIZADOS O INSPIRADOS POR LOS GRIEGOS Y LOS ETRUSCOS.
Tenemos una figura específica de Hiperbórea mencionada en fuentes antiguas: Abaris el hiperbóreo. Un personaje legendario, que vivió en el siglo VI a. C. y se cree que tuvo contacto con el filósofo y matemático griego Pitágoras (571- 497 a. C. aproximadamente). Se lo menciona por su nombre en el diálogo Cármides de Platón (158b), aunque no se dice nada de él excepto que tiene un gran encanto. Heródoto también lo menciona brevemente, o más bien se niega a mencionarlo: "No contaré la historia de Abaris, del que se dice que era un hiperbóreo que recorrió el mundo entero llevando una flecha y sin nada que comer" (Historias, 4.36). En la mitología irlandesa, mucho más moderna, se consideraba a Abaris uno de los primeros druidas. Los estudiosos actuales creen que probablemente era un santo asceta o chamán de Asia central, un lugar tan misterioso y lejano para los antiguos griegos como lo era Hiperbórea.
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Los celtas
En la antigüedad tardía, Hiperbórea se asoció con las tribus ahora más conocidas de la Edad del Hierro de Europa central y occidental, particularmente los celtas. Sin embargo, incluso antes de esto, había pueblos relativamente sofisticados que vivían alrededor del Danubio, en el sur de Alemania, que eran contemporáneos de la Grecia Arcaica. ¿Estaba Píndaro hablando de los primeros celtas cuando menciona que Hércules cruzó el Danubio en su camino a Hiperbórea? Ciertamente, los bosques de Europa central coincidirían con la descripción de Píndaro como un lugar con árboles maravillosos. Los lugares de enterramiento de los primeros celtas a veces contienen ejemplos de arte y objetos probablemente hechos o inspirados por las culturas mediterráneas griega y etrusca, una fuerte evidencia de que hubo contacto entre culturas del norte y el sur de Europa en el siglo VI a. C. o incluso antes.
Una ubicación alternativa para Hiperbórea no es la Europa central celta, sino la Gran Bretaña celta. El escritor griego Diodoro Sículo, que escribió en el siglo I a. C., cita información de un escritor griego más antiguo Hecateo de Abdera (360-290 a. C. aproximadamente) sobre los hiperbóreos:
Entre quienes han escrito sobre los mitos antiguos, Hecateo y algunos otros dicen que en las regiones más allá de la tierra de los celtas hay en el océano una isla no más pequeña que Sicilia. Esta isla, continúa el relato, está situada en el norte y está habitada por los hiperbóreos, que reciben ese nombre porque su hogar está más allá del punto desde donde sopla el viento del norte; y la isla es fértil y productiva en todo tipo de cultivos, y como tiene un clima inusualmente templado, produce dos cosechas al año. Además, se cuenta la siguiente leyenda acerca de ella: Leto nació en esta isla, y por esa razón Apolo es honrado entre ellos por encima de todos los demás dioses. Los habitantes, en cierto modo, son considerados sacerdotes de Apolo, ya que diariamente alaban a este dios continuamente con canciones y le rinden inmensos honores. Además, en la isla hay un magnífico recinto consagrado a Apolo y un notable templo, adornado con numerosos exvotos y su forma es esférica.
Los hiperbóreos también tienen, según nos han informado, una lengua que es peculiar y son muy amistosos con los griegos… Dicen también que la luna, vista desde esta isla, parece estar a poca distancia de la Tierra.
(Biblioteca, libro 11:47)
¿Acaso la isla que se describe aquí es Gran Bretaña y el templo esférico es Stonehenge? Sin duda, los días mucho más largos del verano boreal podrían explicar la creencia griega de que los hiperbóreos disfrutaban de un sol perpetuo. Esto también explicaría la conexión con un culto particular a Febo Apolo en su forma de dios del sol, que parece estar conectado con los hiperbóreos dondequiera que estuvieran ubicados geográficamente. Es probable que nunca sepamos exactamente dónde se encontraba Hiperbórea para los antiguos griegos, y quizás su ubicación sufrió cambios con el tiempo y se adaptó al creciente conocimiento de los diferentes pueblos que vivían cada vez más lejos del mundo familiar del Mediterráneo.
Profesional en lenguas con estudios literarios. Profesor de castellano, escritor, traductor y entusiasta de la historia. Áreas de interés: literatura, artefactos antiguos, la historia de las religiones, la astrología, la arquitectura, la historia militar y del arte.
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.
Cartwright, M. (2021, marzo 11). Hiperbórea [Hyperborea].
(D. V. Caballero, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-19472/hiperborea/
Estilo Chicago
Cartwright, Mark. "Hiperbórea."
Traducido por Diego Villa Caballero. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 11, 2021.
https://www.worldhistory.org/trans/es/1-19472/hiperborea/.
Estilo MLA
Cartwright, Mark. "Hiperbórea."
Traducido por Diego Villa Caballero. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 11 mar 2021. Web. 03 dic 2024.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Mark Cartwright, publicado el 11 marzo 2021. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.