La Antigua Grecia y su mitología han fascinado a la gente durante miles de años, y pocos elementos han intrigado a las personas más que los misterios de Eleusis, o misterios eleusinos. Los griegos creían que estos misterios, conocimientos religiosos arcanos, transformaban a los iniciados y les daban conocimiento que facilitaba la vida terrenal y aliviaba el temor a la muerte, lo que les permitía la aceptación de sus destinos. La influencia de los misterios eleusinos también tuvo gran alcance. Por ejemplo, el Telesterion recuerda las estructuras laberínticas que pueden encontrarse en toda la Europa prehistórica, desde Irlanda y Malta hasta Creta y las islas Shetland.
El recinto más grande de Eleusis combinaba cuevas, terrazas y edificios tallados en la roca, que hacen eco de ese pasado antiguo. El viaje exterior del iniciado es reflejado en su viaje interior, y lo que puede verse es que la antorcha espiritual de la Grecia clásica, como lo ejemplifican estos ritos, esconde el culto mucho más antiguo a las deidades. Era el espíritu de esos dioses y diosas más antiguos lo que en el fondo impregnaba a Eleusis.
Sin embargo, no sería prudente ver a los misterios eleusinos como si fueran algo separado de los otros aspectos del sistema de creencias griego, o incluso peor, verlos como más espirituales que los demás. El hecho de que un elemento considerable de los misterios eleusinos sugiere una tendencia hacia el monoteísmo espiritual ha conducido a muchas conclusiones falsas o incorrectas en cuanto a su naturaleza. No eran un fenómeno único en la tradición religiosa griega, y los conceptos de secreto y revelación de misterios únicamente para iniciados tenían paralelismos en los cultos de Dioniso (también Dionisio) y Cibeles. De manera similar, las dimensiones místicas de los ritos, con su énfasis en un encuentro personal con la deidad, puede encontrarse en otras actividades cultuales.
No obstante, para los griegos la cuestión fundamental era que solamente mediante los misterios podrían escapar el miserable destino eterno que se les atribuía si no eran iniciados en el culto. Sófocles lo resumió muy bien al declarar: “Tres veces son felices los mortales que, habiendo contemplado estos ritos, parten para el Hades, pues sólo a ellos les es dado poseer allí una vida verdadera de felicidad. Para los demás no habrá más que sufrimiento”.
Los ritos que componían los misterios de Eleusis formaban un evento panhelénico que atraía visitantes de todo el mundo griego, incluidas Sicilia y Cirene. Básicamente, cualquiera que hablara griego, hombre o mujer, libre o esclavo, podía presentarse como candidato para la iniciación, siempre y cuando estuviera libre de cualquier sacrilegio e impoluto de un crimen atroz, como el asesinato. Los misterios se convirtieron en la más sagrada de las celebraciones místicas que tenían lugar en Grecia, y hoy en día los ritos y rituales que componían lo que fue un magno evento siguen siendo objeto de controversia académica y debate religioso.
Lo que hace tan importantes a los misterios eleusinos para quienes estudian la Antigua Grecia es que sobrevivieron durante miles de años, hasta bien entrada la era cristiana. Celebraban a Deméter, una figura de suma importancia en Grecia (particularmente en la adoración tanto ateniense como romana), y todo el festival era celebrado con gran pompa por el Estado. Más que todo, sin embargo, el aura de misterio que ha rodeado a los famosos ritos, y la falta de información absolutamente incontrovertible acerca de lo que ocurría exactamente en algunas de las partes más secretas de los ritos, han garantizado que sigan siendo enigmáticos y, por ende, intrigantes a lo largo de la historia.
